Quiero una puerta, una puerta muy especial… grande, fuerte, única y preciosa, pues lo que se esconde tras ella no merece menos.
Y quiero ponerle cerrojos, que sea una puerta con muchos cerrojos, cerrojos de hierro, que no se oxiden con el tiempo, cerrojos que impidan que la puerta se abra y se escape la magia de su interior, la vida y felicidad que se guardan tras la puerta.
Quiero ponerle cerrojos, cerrojos a la puerta de mi memoria, que se guarden para siempre ahí mis recuerdos, intactos e impecables como lo están ahora. Recuerdos que son míos, sólo míos, pues yo soy la que vive con ellos, con los cinco sentidos, soy la que los ve, los huele, los siente, los oye y le da sabor….sabor dulce….siempre dulce…aunque cuando dejo de vivir a través de esos recuerdos y choco de frente con la realidad que me rodea, el sabor se vuelva amargo…muy amargo.
Quiero cerrojos para la puerta de mi memoria, para que el tiempo no se lleve mis recuerdos, que es lo más bonito que dejaste para mí, recuerdos de momentos cargados de alegría, felicidad y mucho, mucho cariño y amor.
Que nada ni nadie me borre todo eso que he vivido, que hemos vivido contigo, que en un espacio de mi memoria se guarden estos recuerdos para el resto de mi vida. Que la puerta y los cerrojos lo protejan del olvido del paso del tiempo y me permitan acercarme a ellos cuando más lo desee. Pues, con mis recuerdos podré sentirte cerca, escuchar tus carcajadas en mis momentos felices y tus caricias cuando más lo necesite. Con mis recuerdos, podré compartir con los demás todo lo he vivido junto a ti y todo lo que me enseñaste y podré contar a los que no te conocieron la afortunada que he sido por tener un padre como el que he tenido.
…Y ahora que abro los cerrojos y la puerta de mi memoria te veo sonreír... nervioso, inquieto como lo estoy yo …como lo estábamos el año pasado cuando viví junto a ti la misma situación que vivo en estos días. Muchos besos y gracias por tanto amor que nos diste.
Y quiero ponerle cerrojos, que sea una puerta con muchos cerrojos, cerrojos de hierro, que no se oxiden con el tiempo, cerrojos que impidan que la puerta se abra y se escape la magia de su interior, la vida y felicidad que se guardan tras la puerta.
Quiero ponerle cerrojos, cerrojos a la puerta de mi memoria, que se guarden para siempre ahí mis recuerdos, intactos e impecables como lo están ahora. Recuerdos que son míos, sólo míos, pues yo soy la que vive con ellos, con los cinco sentidos, soy la que los ve, los huele, los siente, los oye y le da sabor….sabor dulce….siempre dulce…aunque cuando dejo de vivir a través de esos recuerdos y choco de frente con la realidad que me rodea, el sabor se vuelva amargo…muy amargo.
Quiero cerrojos para la puerta de mi memoria, para que el tiempo no se lleve mis recuerdos, que es lo más bonito que dejaste para mí, recuerdos de momentos cargados de alegría, felicidad y mucho, mucho cariño y amor.
Que nada ni nadie me borre todo eso que he vivido, que hemos vivido contigo, que en un espacio de mi memoria se guarden estos recuerdos para el resto de mi vida. Que la puerta y los cerrojos lo protejan del olvido del paso del tiempo y me permitan acercarme a ellos cuando más lo desee. Pues, con mis recuerdos podré sentirte cerca, escuchar tus carcajadas en mis momentos felices y tus caricias cuando más lo necesite. Con mis recuerdos, podré compartir con los demás todo lo he vivido junto a ti y todo lo que me enseñaste y podré contar a los que no te conocieron la afortunada que he sido por tener un padre como el que he tenido.
…Y ahora que abro los cerrojos y la puerta de mi memoria te veo sonreír... nervioso, inquieto como lo estoy yo …como lo estábamos el año pasado cuando viví junto a ti la misma situación que vivo en estos días. Muchos besos y gracias por tanto amor que nos diste.